25 sept 2007

Debilidad divina

Lo que comenzó como un post cualquiera en Zona Negativa dio origen a este blog, al darme cuenta que en un correo no alcanzaba a todo lo que tenía que decir del tema tratado. Así que con ese animo e impulso comienzo con este post, modificando parte de la columna/correo que originalmente escribí.

Recientemente en USA Marvel ha vuelto a publicar las aventuras de THOR, del dios del trueno, de la mano de J. Michael Straczynski creador de Babilonia 5 y del francés Olivier Coipel (Legion Lost). Tras cancelar la anterior serie en un opus donde se planteaba un Ragnarok final, Thor pasó a mejor vida, oportunamente ausentándose de Civil War. Su regreso se produce en un universo distinto al que dejo, con un Capitán América muerto y Iron man convertido en el jefe de SHIELD. SU regreso provocado por Don Blake (que solo hemos visto en el primer capitulo) lo lleva a una búsqueda de los dioses perdidos para reconstruir Asgard, en el corazón agrícola de los USA (Oklahoma, no Kansas).


En lo personal, hasta el momento el trabajo de Straczynski y Coipel en esta nueva etapa de Thor me ha gustado. Tiene un buen ritmo, los dibujos son bonitos, más limpios que los primeros, la historia avanza a un ritmo lo suficientemente rápido para ocurran cosas y lo suficientemente lento para mantenerme interesado. Y JMS aprovecha de filtrar mensajes de crítica a la administración de Bush en paralelo al contexto del universo Marvel. Tienen recursos infinitos para fabricar armas e ir a invadir otros países, pero detalles como destinar dinero para reforzar diques que evitan inundaciones en el país, ahí es donde faltan.

A pesar de este balance positivo, concuerdo con otros autores cuando plantean lo complicado de escribir a Thor como un personaje en el contexto del universo Marvel. Me parece que creativamente hace rato que Odinson perdió el camino. El retrasado re-debut del personaje, (nuevamente es Thor el ultimo título en relanzarse de la serie clásica, al igual que lo ocurrido tras el fiasco de Heroes Reborn), parece justificar las opiniones de quienes definen a Thor como es un personaje que no encaja dentro del universo Marvel de mutantes y monstruos. Recién cuando se aquietaron las aguas Thor vuelve en nueva gloria y majestad, pero su ausencia (y pseudos regreso con Clor, que sólo hizo ver a Iron Man más villano de lo que debería), era excesiva.

¿Cómo es eso posible? Cuando lo crearon Stan Lee y Jack Kirby no tenían problemas para que pudiera luchar entre Capitán América y Iron man.
Puede argumentarse que fue intencional para evitar tenerlo presente durante Civil War, pero Dr. Strange no tuvo problemas para ausentarse de ella, con nada más que dos viñetas. Su regreso pudo adelantarse y dejarse fuera con un simple “Los asuntos de mortales no conciernen a los dioses” o algo similar. En lugar de eso, su presencia es postergada una y otra vez.

Tras la luz, la oscuridad…
¿Tienen razón los guionistas cuando hablan de la incapacidad de Thor de pertenecer al mismo continuo que los X-Men? No lo creo. Más allá que esto se deba a las capacidades creativas de aquellos guionistas, no dejo de pensar que quizás tengan razón y que la dificultad radica en que el Thor actual, escrito en este periodo le debe más a Simonson que a Kirby.

Me permito aquí parafrasear a Kurt Busiek, quien señala que a pesar de ser un hito en la historia de los cómics, la etapa O’Neil-Adams marcó negativamente al personaje de Green Lantern (Hal Jordan) al hacerlo víctima de la auto duda constante que otros guionistas repetirían hasta su caída en el numero 50. Si observan ahora, si ola nueva serie de Jordan funciona, es porque Geoff Jones ha buscado apartarse del auto-cuestionado Hal y lo volvió un tipo seguro y arriesgado.

En mi opinión Simonson representa para Thor una situación similar a la de Green Lantern. Cada nuevo guionista trata de emular al autor que realizo la más memorable etapa del personaje y repiten (¿o reiteran?) el sendero marcado por Walter, siempre dando un mayor énfasis en el carácter divino de Thor. Simonson tomó al personaje y llevó los conceptos cósmicos de Thor al limite, convirtiéndolo en un autentico Dios y enfrentándolo a los desafíos de los cuales se inspiró. Simonson, versado en temáticas épicas y mitos nórdicos, marcó un antes y un después del rubio dios que nunca fue igualado.
Quizás ahí está el problema. Al tomarlo, Simonson literalmente hizo de Thor un dios. Imitó a Alan Moore al convertir un personaje preexistente en uno distinto, que bebía más de la mitología nórdica que de la imaginación desbocada de la ciencia ficción. Con esto cualquier enfoque sobre Thor ahora obliga a pensar en ambientes gélidos, casas rústicas y espadas toscas y menos en extrañas maquinarias más allá de la comprensión humana que parecen mágicas.

Dios fue un astronauta
Kirby siempre jugó con esa ambigüedad del estatus divino o no del personaje. El concepto de un ser superior de otro mundo, siendo adorado como un dios en la tierra fue reiterado muchas veces en su trabajo: podemos verlo en New Gods, donde la tecnología es la base del mundo pero son seres que se definen como dioses y en Eternals, donde repite los conceptos de New Gods, pero con orígenes más definidos y cercanos a los mitos humanos. Perfectamente se puede inferir que fue con Thor donde ejercitó este concepto originalmente.
El Thor de Kirby proviene de una Asgard psicodélica y alienígena, más común con los conceptos CF de Jack que con los escenarios del señor de los anillos. Visitar Asgard era ir a un mundo más avanzado, alienígeno. Hilando fino, Thor representaba al Superman de la Marvel, en años en que Superman era un dios de origen extraterrestre. (Si vemos, es en ausencia de Thor que proliferan los súper clones como Sentry en Marvel).

Con cada nuevo relanzamiento, Marvel declara que vuelve a los orígenes del personaje, dándole un alter ego humano que permita cierta cercanía a la perspectiva de los lectores. Se trató durante la etapa de Dan Jurgens y ahora Straczynski repite la jugada con el regreso a Don Blake (que brilla por su ausencia en el nº 3). Pero la poderosa presencia de Thor parece alienar este aspecto, donde el dios es más importante que el hombre.
Desde una perspectiva personal, la solución puede estar en apartarse de la línea trazada por Simonson y volver a la ambigüedad del ser superior-Dios, más cercano a lo alienígena, que un dios hijo de la imaginación humana.
¿Volverlo un extraterrestre? ¿O un ser superior de otro tipo? El objetivo es establecer un aura de misterio y duda en torno al personaje. Cierta incertidumbre dirigida a los lectores. La ambigüedad es la fortaleza del personaje que de manera particular dió un buen juego en su versión de los Ultimates, donde no se sabía que pasaba con el vikingo. Al establecer parámetros fijos, es limitar sus posibilidades narrativas.
Pero no nos apresuremos. Quizás esta etapa sea memorable, buena, pero es cada vez más alejada de la idea de un ser que finge ser un dios para ser uno presente. Otro enfoque que no todos manejan con habilidad y dificulta la presencia de este personaje en Marvel.

2 comentarios:

mister x dijo...

esta buena la nota, osea pa escribir esto hay que leerse varios kilos de comics jua!

saludos!

Doctor Proctor dijo...

Genial análisis e interpretación del personaje.

Para mi gusto es más necesaria una reinterpretación total del Universo Marvel, porque ciertos personajes siempre han chirriado allí, y Thor, aunque es un personaje muy interesante cuando está bien tratado, es uno de ellos.

Oscuros saludos.